Podemos

El suflé sigue activo

La Razón
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El encuentro de hoy lunes entre Carles Puigdemont y Pablo Iglesias, bajo el contexto de «conversaciones sobre la situación política en España y en Catalunya», busca obtener el plácet de «Podemos» para un acuerdo que convierta a Catalunya en un Estado independiente por las vías legales pertinentes o mediante la correspondiente reforma constitucional y, al mismo tiempo, tejer alianzas con la marca «En Comú Podem» de Ada Colau y poder ampliar la base secesionista catalana.

El desafío a la convivencia lanzado por el Parlamento catalán se irá radicalizando en los próximos meses a medida que se vayan aprobando las tres leyes de la desconexión –Transitoriedad jurídica, Hacienda y Seguridad Social–, que contarán con la mayoría parlamentaria de Junts pel Sí y la CUP. Los separatistas saben que no disponen de suficiente base social para llevar a cabo la ruptura y necesitan sumar para sus planes de futuro al nuevo proyecto político de Colau, movimiento que se está gestando a espaldas de dirigentes de la vieja guardia comunista catalana. Una de las bases de esta resolución es la redacción de estas tres leyes, que deben facilitar la ruptura con España y la creación de una República catalana tras la celebración del referéndum de secesión que prevén organizar a finales de verano del próximo año, coincidiendo con la celebración de unas nuevas jornadas de gran movilización y agitación popular callejera el próximo 11 de septiembre.

El encuentro pone en evidencia las contradicciones de esta reunión. Por un lado, Puigdemont, que representa a una derecha burguesa que ha propagado la falacia de la asfixia financiera que sufre Cataluña, pero que es la mejor pagada de toda España y cuyo partido está en proceso de desaparición; y por otro lado, Podemos, un movimiento alternativo nacido en Madrid, pero que en la práctica no existe en Catalunya. La marca «Catalunya en comú» está fraguando un frente popular con ERC y CUP para ganar las próximas autonómicas, y estará liderado por dos antiguos dirigentes de la extrema izquierda separatista: la alcaldesa de Barcelona Ada Colau, una ex militante de la CUP, y el auténtico hombre fuerte del proyecto de la nueva izquierda catalana, Xavier Domènech, que fue uno de los fundadores e impulsores de Procés Constituent, una plataforma ideada por la monja Forcades.

Vienen tiempos difíciles para la convivencia. El suflé sigue activo.