María José Navarro

El viejazo

La Razón
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Amigas de España: mi ginecóloga me acaba de decir que ya no ovulo todos los meses, es decir, estoy pre menopáusica. Me temo que tus ovarios no están en funcionamiento como antes. Por la forma y lo que veo, ya no se van a corresponder las reglas a lo que esperas, ya no podrás mirar fechas como antes, seguramente será todo más espaciado. Y de pronto te das cuenta de que te agarró el viejazo. Los calores, los cambios de humor, los llantos sin sentido. El viejazo. Y de pronto también te das cuenta de todo. De las oportunidades perdidas, de las aprovechadas, de lo de menos que echas a tus ahijados a diario, de lo que los quieres, de tu escaso deseo de ser madre cuando podías, de tu enorme deseo de serlo cuando ya era imposible. De lo rápido que se pasa la vida, de lo bien que lo has pasado y de todo lo que te falta. De que a estas alturas de los cuarenta y ocho no hay nada que te haga más feliz que una niña de cuatro años se te acurruque en el regazo y te diga que te quiere. Y del momento en el que su hermano, incapaz de esconderse de la emoción, sale de su guarida para abrirte sus bracitos porque no puede mentirte más. De que has vivido libre, pero sola. De lo felices que te las prometías cuando veías a tus colegas penando, jodidos por un niño cabrón, y de que te cambiarías por ellos. Y, sin embargo, esto sigue. Y te sorprende. No ovulas, pero quieres, deseas, amas. Vaya coñazo cursi. Ya me sabrán Vds. perdonar, pero estoy en esos días. En los pocos que me quedan aún.