Ely del Valle
Ere que Ere
Hace una semana, el secretario general de UGT en Andalucía afirmaba en rueda de prensa que no hubo connivencia de su sindicato ni con la Junta ni con el PSOE en el caso de los ERE. Hoy sabemos que no sólo su sindicato sino él mismo figuraba como presidente de una asociación creada en 2003 para decidir quién manejaba el dinero que se recibía de los organismos públicos y que debería haber ido a parar a los afectados por los expedientes de regulación de empleo. Faja Pírica, melodioso nombre con el que bautizaron el invento, pagó, según las investigaciones, al menos a 44 trabajadores falsos, llevándose, de paso, más de un milloncejo de euros en comisiones. Al tal Manuel Pastrana le nombró responsable del sindicato en Andalucía Cándido Méndez; el mismo Cándido Méndez que durante años tuvo como mano derecha en esa comunidad a Juan Lanzas, más conocido como el colchonero, hoy en prisión por utilizar el somier como caja fuerte; el mismo Cándido Méndez que está preocupadísimo por la caída del coste laboral; el mismo Cándido Méndez que mientras planifica huelgas generales en restaurantes de lujo, se parte la camisa por la sanidad pública, que critica a Cospedal por hablar de igualdad, que recibió para su sindicato 395 millones en subvenciones –presuntos pufos aparte– de la Junta de Andalucía, y que, por supuesto, no recibe la visita a domicilio de Colau y los suyos. Somos muchos los que esperamos impacientes algún tipo de explicación por parte de quien aspira a ser reelegido la próxima semana. Con él repito lo que ya dije de Griñán: si conocía los tejemanejes de los suyos, es tan responsable como ellos, y si no, su incompetencia es manifiesta. Sea como sea, después de ésta, los sindicatos, como institución, han perdido más credibilidad que un coro de gregoriano en un concierto de AC/DC.
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