Elecciones autonómicas
Escenarios del CIS
El Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) se equivocó en las elecciones del 26 de junio, como se equivocaron todas las encuestas aunque, al incluir la muestra más amplia de encuestados, supuestamente garantiza mejor sus previsiones. Sea como fuere, el escenario que dibuja para El País Vasco es casi una fotocopia del que publicaba el miércoles la radio y televisión pública vasca. El PNV ganaría las elecciones con 27-28 escaños (27 daba la de EiTB Focus); EH Bildu obtendría 16 actas (17); Elkarrekin Podemos 15-16 (14); PSE 8 (8); y el PP otros 8 (8). Pocas diferencias.
Dejando claro –clarísimo– que sólo hablamos de encuestas, hay sin embargo algunas tendencias interesantes. La primera es que los vascos votan de diferente manera en las generales que en las autonómicas. Es sabido que Podemos ganó allí en las dos últimas generales y parece –parece– que en las autonómicas, el PNV va a seguir siendo en partido más votado. La segunda es que los partidos de izquierda EH Bildu, Podemos y el PSE sumarían 40 parlamentarios, mientras que el PNV y el PP alcanzarían 35. Pero este último dato es un espejismo. La investidura del lendakari no tiene nada que ver con la del presidente español. En Vitoria sale elegido el que consigue más apoyos: se vota a candidatos y no existe el voto negativo. Pero... pero, podría ocurrir –siempre según el sondeo del CIS– que el candidato de EH Bildu y Podemos –si llegan a un acuerdo– obtuviera más votos que el del PNV. El partido nacionalista necesitaría entonces del apoyo o del PSE o del PP. Un pacto que podría implicar otro acuerdo en el Congreso de los Diputados. Podría.
Por lo demás, reseñar que el mayor desplome lo protagoniza el PSE, que pierde la mitad de sus escaños en el País Vasco: de 16 a 8. Todo un mensaje a Pedro Sánchez.
Y por lo que respecta al PP, su consuelo está en Galicia, donde repetiría mayoría absoluta, única manera de gobernar frente a la suma de PSdeG, En Marea y BNG. Los 40-41 escaños (tuvo 41) que les da el CIS se consiguen gracias a un voto útil que podría dejar a Ciudadanos fuera del Parlamento o con un único representante. Se explica muy bien que Alberto Núñez Feijóo no admita bromas ni con Soria ni con nadie, y que esté recordando a sus votantes el desastre municipal gallego.
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