José Antonio Álvarez Gundín
Escrache a Don Juan
En un alarde de sensibilidad social y de musculatura política, el PSOE ha retomado el curso político preguntando al Gobierno por la herencia bancaria de Don Juan, fallecido hace veinte años. Es lo más parecido a un escrache contra el Rey Don Juan Carlos en la memoria del Conde de Barcelona. Ahí ha descolocado a Rajoy, que pretende despistar a la oposición con asuntos menores como la revisión del déficit, la corrección de las previsiones macroeconómicas o la puesta en marcha del plan de empleo juvenil. Pero Rubalcaba, ya respuesto del viacrucis de Ponferrada, no ha caído en la trampa y lo primerito que hizo nada más llegar de vacaciones ha sido pedir cifras al canto: cuánto heredó Don Juan Carlos de su padre y cómo es eso de que un rey exiliado tuviera su dinero fuera de España, pregunta esta última que un partido como el suyo puede responder fácilmente echando mano de la propia historia. Ya puestos a sacarle réditos a la efeméride, el PSOE podría haber rememorado sus relacciones francas y, en ocasiones, muy positivas con Don Juan o tal vez glosar el empeño del Conde de Barcelona por devolver la soberanía al pueblo y restaurar la Monarquía parlamentaria. Es lo que habría hecho Felipe González. Sin embargo, resulta pasmoso cómo los dirigentes socialistas de ahora no desaprovechan ninguna oportunidad para hacer el ridículo. Perderse en la anécdota o en el chascarrillo indocumentado en vez de reivindicar la Historia con mayúscula revela la talla política e intelectual de quienes dirigen la izquierda española, que lo mismo despachan la renuncia de un Papa con el desahogo del patio de vecindad que devanan el pasado a garrotazos. Es lastimoso que la memoria histórica siga extraviada en el brumoso alzheimer de la política partidista.
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