España pierde peso

Como hoy, Jueves Santo, la Iglesia católica celebraba el Día del Amor Fraterno, me voy a aguantar y no diré lo que pienso de los que mandan en la Unión Europea (UE), desde la canciller Merkel hasta su cachorro, el presidente del Eurogrupo, a la vez que ministro de Economía de Holanda, de nombre impronunciable y muy difícil de escribir, pasando por el presidente de la Comisión, el portugués Durao Barroso; el presidente permanente del Consejo, el belga Van Rompuy, o los líderes de los estados miembros más importantes. No sería caritativo ni fraternal, incluso me podrían aplicar el Código Penal si escribo lo que pienso de algunos de ellos por su gestión en la crisis de Chipre. Sin embargo, sí que me referiré a la pérdida de peso de España en la Comisión Europea. Ayer se anunció que José Manuel Silva cesará a mediados de abril como director general de Agricultura de la misma. La verdad es que los agricultores y ganaderos españoles no van a echarle de menos, porque las dos veces en las que ha ocupado este importante puesto han visto la luz propuestas muy lesivas para nuestros intereses. Meses atrás cesó también Francisco García Morán, que estaba al frente de la Dirección General de Informática de esta institución comunitaria. Total, que hemos perdido dos directores generales en muy poco tiempo. Si mis cuentas no fallan, son la mitad de los que teníamos. Ahora nos quedan Daniel Calleja, al frente de la Dirección General de Empresas e Industria, y Luis Romero, que es el director general del Servicio Jurídico. ¿Se ha enterado el Gobierno de ello? ¿Consideran García-Margallo, ministro de Asuntos Exteriores, e Íñigo Méndez de Vigo, secretario de Estado para la UE, que es aceptable? ¿Han hecho algo para evitarlo?