Ely del Valle
Falsos Robin Hood
La Comunidad de Madrid ha empezado a entregar pisos a personas desahuciadas. No lo ha hecho por el dudoso método de la expropiación, sino tirando de lo suyo, de viviendas públicas procedentes de ocupaciones ilegales, reparadas por Cáritas, y que servirán de hogar para quienes hayan tenido la mala fortuna de perder el suyo.
En el tema de los desahucios hay mucha tragedia que sólo conocen quienes lo están viviendo, pero también mucha mala cabeza de quienes se embarcaron en el sueño del ladrillo creyendo que todo el monte era orégano y una gran dosis de demagogia por parte de quienes intentan vendernos que el hecho de que alguien se quede en la calle por no poder hacer frente a lo que se comprometió a pagar obedece a una especie de contubernio del actual Gobierno para acabar con el bienestar social. El argumento es tan burdo como falso pero sobre él se ha edificado un clima de revuelta que sólo beneficia a los que lo utilizan como cebo para pescar en aguas revueltas. Los desahucios de primera vivienda no alcanzan el 10% del total. El drama existe pero no alcanza las proporciones que algunos pretenden hacernos creer, y quienes lo sufren no se merecen la utilización que se hace de su desgracia. Ni el acoso les va a devolver su casa ni quienes se han erigido salvadores de la república independiente de la vivienda embargada les van a pagar la suya.
Ante los problemas se imponen soluciones, no algaradas, no pisotones a la democracia, no movimientos de populismo de pedrada. Madrid ha puesto en marcha una que tiene bastante sentido. Otros, con cinco mil viviendas vacías, prefieren disfrazarse de falsos Robin Hood que quitan a los ricos para dárselo a los pobres mientras siguen alicatando su Sherwood autonómico con baldosas de Porcelanosa.
✕
Accede a tu cuenta para comentar