María José Navarro
Ficción
Seguro que a estas alturas ya saben Vds que hay una nueva forma de televisión que se compone fundamentalmente de series. Series que triunfan por encima de largometrajes, de concursos, que pelean con estupendos programas informativos y que prefieren resguardarse cuando vienen malas, es decir, cuando la telerealidad nos inunda y saca de cada uno de nosotros la vieja del visillo que, cada uno de nosotros también, parece que llevamos dentro. La pena es que algunas de esas estupendas series coincidan y se hagan entre ellas la competencia, porque en muchos de los casos hablamos de ficción española, una dignísima y curradísima ficción patria que nada tiene que envidiar a la que llega de fuera. Acabamos de asistir a la despedida de «Víctor Ros» en Televisión Española, programada el mismo día que Antena 3 emite la laureadísima y exitosa «Velvet». El detective sacado de las novelas de Jerónimo Tristante dijo adiós después de seis episodios interesantísimos, alimentados con un documental posterior que situaba al telespectador en los detalles históricos de la época. La televisión pública, ese ente que se supone debe preocuparse de cualquier cosa menos de los índices de audiencia, decidió que no habrá segunda parte. Y lo anunció la víspera del último episodio y soltando algún que otro «spoiler». Peor no se puede hacer. El próximo martes puede que se repita la historia. Antena 3 regresa con el segundo episodio de «Bajo sospecha», absolutamente recomendable y ese mismo día TVE estrena «El Ministerio del Tiempo». Les avanzo que es asombrosa, distinta, absolutamente original. Sólo queda rezar para que en el combate no haya bajas. Déjenos tener problemas o programen con cabeza, pero no las arrastren por el fango. No estamos para despilfarros creativos.
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