Información y ruido

Ya sabemos lo que quieren los socialistas. Y también lo que necesitamos la mayoría de los españoles, empezando por los militantes y amigos del Partido Popular. Rubalcaba no está reclamando explicaciones ni ejercicios de transparencia democrática. ¡Qué va! La oposición busca el ruido sobre el «caso Bárcenas». Y eso significa que se le hace la boca agua pensando en la contaminación, en las interferencias, en todo aquello que –volcado compulsivamente sobre la opinión pública– pueda contribuir a minar la confianza pública en el gobierno de España.

Es el poder por el poder. La lucha por conseguir lo que negaron las urnas elevada a su más descarnada expresión. Y eso no ayuda a nadie. No desde luego a quienes entienden que la moción de censura es un instrumento serio que no se puede prostituir ni manosear. Tampoco a quienes creen que esta nación está iniciando el camino de la recuperación y de nada nos van a ayudar la propaganda ni las mentiras ni los suicidas tiros en el pie.

El presidente del Gobierno no está ante un ejercicio fácil. Pero puede y debe acometerlo. No se trata de ningún raro equilibrio. Hay cuestiones que Rajoy debe aclarar antes de que ese presunto delincuente, ese plusmarquista del chantaje y el embuste lo haga. Y esos interrogantes deben ser despejados –de forma innegociable– sin que los tiempos y los procedimientos sean definidos por un farsante cuya aversión a la verdad le ha puesto entre barrotes. Ya se sabe que en la política, como en la vida misma, hay algo mucho peor que el fracaso; y es el no intentar lo que se puede o se debe. El Partido Popular tiene un deber y dispone del poder. No va a fracasar; ni a permitir que la sociedad caiga en la decepción. ¿Alguien lo duda?