Alfonso Merlos
Jaque mate
Acto primero: Sánchez muestra su voluntad de pactar con Podemos. Acto segundo: Podemos contesta que le hace presidente a cambio de una vicepresidencia y media docena de ministerios. Acto tercero: el PSOE denuncia el intolerable chantaje de los que desean abrirle las puertas del poder. Los podemitas, claro, entrarán de una patada.
Es lo que hay. El que se acuesta con niños, orinado se levanta. Y el todavía líder de los socialistas está empezando a sentirlo. Iglesias le está amenazando con causarle un daño terrible –quizá irreversible– si no asume sus delirantes y reveladoras exigencias. Una obligación. En toda regla. Y aún así, descontando su carácter repentino y su ofensiva puesta en escena en sede parlamentaria, ¿acaso se esperaba otra maniobra de los delegados ibéricos del chavismo?
¡Terrible! No por especial sagacidad de los antisistema amigos de Irán sino por la torpeza de mediocres estrategas como César Luena, a Pedro se le ha colocado en posición de jaque mate. El rey está atrapado, no tiene escapatoria, ¡sin siquiera haber sido coronado! O sea, se está viendo en el surrealista escenario de perder la partida sin haberla empezado. Y sólo tiene tres salidas.
La primera, interponer una pieza para evitar su agresión letal. La segunda, neutralizar al agresor. La tercera, moverse para quedar fuera de la acción de éste. En Ferraz denuncian desde la inexperiencia y la torpeza que Rajoy está pretendiendo jugar con los españoles al trile. Nada más lejos de la realidad. Son las fuerzas del puño y la rosa las que se están viendo envueltas en una diabólica partida de ajedrez frente a un enemigo que, o gana, o se levanta de la mesa haciendo añicos el tablero. ¿Aún no se ha dado cuenta, señor Sánchez?
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