José María Aznar Botella
La banca nacionalizada
Según pública la prensa el FROB no ha quedado impresionado por las ofertas recibidas por Catalunya Caixa. Parece que los bancos interesados no están dispuestos a comprar sin un esquema de protección de activos, y el FROB, que considera que ya ha puesto suficiente capital en este banco, se resiste a dar uno. A mí la posición del Gobierno me parece razonable, pero no está exenta de riesgos. Hay que considerar qué ocurrirá con el valor de este banco de seguir en solitario. Se tratará de un banco regional, no sistémico y con dificultades para acceder a los mercados de financiación mayorista, ¿podrá competir así con la gran banca nacional? La cuestión plantea dudas, y de no conseguir la venta hay que plantearse cuál es la mejor forma de preservar valor en la banca nacionalizada.
En mi opinión una fusión de Catalunya Caixa y NovaCaixa Galicia con Bankia ofrece numerosas ventajas y la mejor oportunidad de maximizar valor para el contribuyente español que es, a la postre, el mayor accionista de estos bancos. Tres son las principales virtudes de este esquema: en primer lugar, sería el FROB y nadie más quien capturaría el valor generado por las enormes sinergias que surgirían; en segundo lugar, se crearía un banco sistémico obteniendo así mayores facilidades de financiación y por último se ampliaría el universo de compradores del banco resultante a la banca extranjera, que, si bien carece del mínimo interés en adquirir una franquicia regional, sí que podría estarlo en el futuro en un gran banco nacional.
Seré un ingenuo, pero prefiero pensar que los compradores demandan una EPA dado que tienen menos presión en comprar que el FROB en vender, que, después de todo lo andado, concluir que el capital inyectado en la banca nacional no ha sido suficiente.
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