Política
La justicia del Quijote
En muchos pasajes de «El Quijote» existen múltiples referencias a la Justicia, y ello con gran sentido común, e incluso técnico; Cervantes fue un hombre que tropezó de bruces en varias ocasiones con la Administración de Justicia de su tiempo, hallando en algunas de las mismas una gran injusticia. El pasaje más conocido, y muy tratado por literatos y juristas, es el capítulo XLII de la segunda parte, «De los consejos que dio Don Quijote a Sancho Panza antes que fuese a gobernar a la ínsula», destacando la gran importancia que el personaje da a la Administración de la Justicia, pues en muchos de ellos se advierte al futuro gobernante de las dificultades que tendrá para resolver los casos que se le presenten. El consejo que más me gusta es aquel en el que se dice que la verdad para impartir con rectitud la Justicia debe ser buscada sin pausa y de-sentrañada de las razones que ante el árbitro expongan las partes, sin que nada, ni dádivas, promesas o lamentos influyan en la decisión que se tome para cerrar la causa; le recomienda apartar el pensamiento de los agravios, si los hubiera, y buscar solo la verdad para dirimir el pleito; «No te ciegue la pasión propia de la causa ajena», dice Don Quijote a Sancho, porque un juez cabal no puede perder el equilibrio que la rectitud de su juicio exige y que es lo que de él esperan quienes están en el estrado. Nada debe turbar la conciencia del magistrado, que tendrá siempre presente el interés de la Justicia, y no el propio. La Justicia a la que se refiere Don Quijote es la Justicia práctica, la que resuelve los casos cotidianos, deudas impagadas, disputas entre familiares desavenidos o vecinos, y que se resuelven recordando casos similares por la perspicacia del hombre común, y apela a ese conocimiento de las peleas del ingenio popular para resolver lo que se le plantea. Los consejos van dirigidos a exaltar virtudes en el juzgador, pero sobre todo van dirigidos a que la Justicia se aplique de la mejor forma, sin menoscabo ni sombras que hagan dudar de la integridad o de la preparación de quien deba administrarla. Consejos que son válidos para cualquiera que en la actualidad deba administrar justicia en nuestro país; ahora bien, ¿qué pensaría Cervantes si hubiera podido vislumbrar la importancia que hoy en día tienen los medios de comunicación en la labranza de la imagen de integridad, sapiencia y, sobre todo, imparcialidad de los jueces?; y, ¿qué pensaría si pudiera haber leído noticias que en la actualidad se dan, sobre todo en algunos periódicos digitales cuyos cronistas creen que su responsabilidad en la exposición de la noticia corre paralela a la fugacidad de la misma, donde el rigor es enemigo esencial de la propia noticia, y donde lo que prima de verdad es el oscuro interés que rodea en ocasiones al medio? Esto sí que es luchar contra molinos de viento, pequeños pero demoledores. Decía el propio Cervantes que la verdad adelgaza y no quiebra, y siempre anda sobre la mentira como el aceite sobre el agua.
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