Restringido

La poesía de Pablo Neruda

La vida de Ricardo Eliecer Neftalí Reyes Basualdo (Parral, 1904-Santiago de Chile, 1973) cubre tres cuartas partes del siglo XX. Se educó en una línea familiar tradicional, cuyo código moral se centraba en el respeto a los mayores y en la más estricta moral cristiana. Fue, y continúa siendo sin discusión, figura máxima de la poesía escrita en lengua española. La característica más destacada de su poesía es la riqueza de torrencial inspiración vital y la enormidad de sentimientos que ha sido capaz de expresar. El importante filólogo, crítico, profesor e investigador navarro Amado Alonso, que durante muchos años fue director del prestigioso Instituto de Filología de Buenos Aires y, desde 1946, profesor de Lengua y Literatura Española de la Universidad de Harvard, donde ocupó la Cátedra Smith hasta su muerte, en 1952, escribió «Poesía y estilo de Pablo Neruda. Interpretación de una poesía hermética» (1940), que en su segunda edición alcanzó hasta la etapa 1935-1945, con la conversión poética de Neruda. Amado Alonso fue un gran impulsor intelectual y científico de la Estilística como Ciencia de la Literatura, es decir, del conocimiento y valoración de lo poético en la obra literaria.

Es importante poner en relación la obra poética de Neruda con la situación política y social de Chile durante el siglo XX, y ésta, a su vez, con el ritmo temporal del conjunto de las etapas poéticas de Neruda, su decisivo ingreso en el partido comunista en 1945 y la adopción civil del seudónimo que había utilizado toda su vida al año siguiente. Es importante, en su caso personal, porque con ello alcanzó una posición política que, en mínima parte, es la consecuencia del proceso político chileno –heredado del siglo XIX– y en parte de mayor cuantía, del peculiar desenvolvimiento de la política chilena en relación, ahora, con los movimientos históricos europeos: entre 1936/1939 (Guerra Civil española) y 1939/1945 (Segunda Guerra Mundial).

La creación poética de Pablo Neruda presenta tres etapas diferenciadas por tres inquietudes, respectivamente motivadas por tres conversiones poéticas. La primera tiene como eje cronológico el año 1924, en el cual publica una de sus obras más importantes y decisivas: «Veinte poemas de amor y una canción desesperada». Un poemario de amor juvenil, apasionado, al mismo tiempo exultante y de profunda amargura. Con imágenes poéticas de gran originalidad, angustia y desintegración mental. El estudio de la poética de Neruda de esta etapa por Amado Alonso es, sencillamente, impresionante, sensacional, una auténtica obra de arte de análisis estilístico. Un triunfal intento de penetrar en lo más hondo para descubrir lo raigal del hermetismo, según denominó el eminente crítico poético la esencia de la poesía de Neruda.

Como historiador, resulta de gran valor poner en relación su obra poética con la situación política de Chile durante el siglo XX: caracterizar la poderosa audacia de Neruda en el modo de llevar a sus últimas consecuencias las novedades vanguardistas del momento literario. Publicó entre 1933 y 1935 «Residencia en la tierra», deslumbrante afirmación poética, hecha de intuiciones oscuras, imágenes en las que el vanguardismo hispanoamericano alcanza su máximo. Tanto que el lector queda incapacitado para pensar sobre el significado de la imagen. El ser humano resalta como una criatura perdida en un mundo caótico y sin sentido. En esta etapa de culminación del vanguardismo se inicia el cambio en el que Neruda proclama una nueva fe en el hombre, que tuvo lugar con la publicación de «Tercera Residencia» (1947), donde inserta sus primeros poemas políticos. En ella incluye una poesía titulada «España en el corazón», escrita durante la guerra española, con un canto al frentepopulismo, insistiendo en su condición universal.

Este cambio poético es también anuncio de la tercera etapa nerudiana, de plenitud sociológica, con varios volúmenes de las «Odas elementales» (1954-1957), donde alterna la poesía de inspiración social y política con el culto, de nuevo, a sus temas predilectos: el mar, la memoria histórica y la libertad. En 1974 aparecieron sus memorias, tituladas «Confieso que he vivido», donde se advierte cuáles son las condiciones de sensibilidad y peculiaridad del poeta para absorber la experiencia histórica que puede explicar sus giros en la creación poética.

Ello obliga a conocer las líneas esenciales de la historia chilena en los procesos dialécticos de su experiencia política, en las que Neruda adquiere la plena concienciación universal característica del predominio neto de una consistente estructura de la política internacional. Precisamente en esa línea es, a mi entender, en la que conviene situar la relevancia histórica de Chile en lo universal, para comprender, desde los procesos de su estructura histórica, los cambios operados en la excepcional dimensión poética de Neruda, su vivencia de la contemporaneidad, conjuntamente con la inserción de Chile en la dinámica del complejo mundo vigente de la política mundial.