Reyes Monforte

La vida es corta

La Razón
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«La vida es corta, ten una aventura». Era el eslogan publicitario que solía utilizar la web Ashley Madison . Y tan corta que va a ser la vida para algunos, al menos la matrimonial. Supongo que ya están buscando nueva frase de marras: «Lo sentimos, sal por piernas». Palabras aparte, llama la atención los números. Sólo en esta web hay 37 millones de personas casadas buscando ser infieles y cuentan que un millón son españoles. Pues sí que hay gente descontenta con su pareja. Lo que no entiendo es qué hacen todavía con ella. Qué necesidad de sufrir. Pero aún entiendo menos que el personal sea tan confiado, sobre todo encargando al ciberespacio una de las empresas que más discreción exige, como es la infidelidad. A estas alturas ya deberíamos saber que la seguridad en la red es un circo, una entelequia. No es fiable, es de cartón piedra, es mentira y sin embargo, algunos continúan creyendo que la red es un agujero negro inaccesible o la caja de seguridad más segura y protegida del mundo. Hace cinco meses se produjo otro ataque en una web similar, Adult FriendFinder, con más de 64 millones de clientes de los que 3,5 millones vieron cómo sus preferencias sexuales, sus datos bancarios, sus correos electrónicos y sus contraseñas fueron publicadas. No ha servido de nada. La vida de los demás debería importarnos poco pero ya sabemos que el morbo cotiza al alza. También sabemos que con leyes eficaces estos delitos se pagarían caros, pero no hay leyes valientes en las calles, como para haberlas en el ciberespacio. Y, sobre todo, sabemos que los hackers tienen cosas más importantes que hacer que velar por la moral marital del personal.