Restringido

Las tribulaciones de Pedro

La Razón
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Sánchez comenzó a rumiar la idea en la noche electoral. Habló con su entorno, uno a uno. «Creo que fue en plenas Navidades cuando comentamos el asunto. El secretario general lo tenía en la cabeza y me dio la impresión de que estaba decidido a ofrecer la entrada a Iglesias y Rivera en un Gobierno presidido por él mismo», confiesa un peso pesado del PSOE con quien hablo tras constituirse las Cámaras.

El reparto de carteras ministeriales con los emergentes se ha ido extendiendo entre los mandatarios socialistas. En San Telmo (fortaleza de Susana Díaz) es una sacudida permanente. En Ferraz ha empezado a echar raíces. A estas alturas nadie duda que el líder del PSOE está decidido a llegar hasta el final para ser presidente. La oferta, me consta, fue trasladada por Sánchez al menos a Rivera. Ambos desean por igual que no se repitan las elecciones. Ahora, el dirigente de Ciudadanos le dio calabazas: no a entrar en un Gobierno del PSOE y menos en uno con un «partenaire» como Podemos.

La explicación que dan al movimiento las fuentes socialistas consultadas es aritmética: «Sumar a sus 90 escaños los 69 de Podemos y los 40 de Ciudadanos conformaría un Gobierno estable apoyado por 199 diputados». Desde luego, si se lograse cerrar un acuerdo así tendría garantizada una legislatura sin sobresaltos. También, un pacto de tal tenor acallaría la crítica interna que martiriza a Sánchez.

Es natural, por ello, que el secretario general del PSOE se haya negado a ver como populistas de ultra izquierda a los diputados podemitas. Pero, por más que intente pasar de puntillas por el «show» de la sesión constitutiva de las Cortes, otros mandatarios de su organización política están alarmados. Lo que se suma a la línea roja marcada por la defensa del referéndum de autodeterminación. A estas horas, sólo la idea de proponer a Podemos un acuerdo que fuese más allá de la abstención en una hipotética sesión de investidura es «mercancía inflamable» que achicharraría la tregua estratégica firmada en el partido. Aunque Sánchez ya ha demostrado a sus compañeros que por granjearse apoyos no tiene reparos en ceder senadores a los partidos independentistas para que constituyan grupo parlamentario.

Mientras, personas cercanas a Susana Díaz valoran la actitud dialogante de la formación naranja. La mediación de Rivera ha hecho posible, de entrada, la renuncia del PP a presentar para la Presidencia del Congreso a Jorge Fernández Díaz, lo cual allanó el camino a Patxi López. E insisten esas mismas fuentes: «Ésa es la vía que debe explorar Pedro, el acuerdo con Ciudadanos por la regeneración para sustituir a Rajoy, lo que obligaría a los de Iglesias a abstenerse o votar a favor en la investidura».

De lo que no cabe duda es de que la beligerancia con la que han entrado los diputados morados en las Cortes ha dejado huella. Personas cercanas a Pedro Sánchez, como el portavoz parlamentario del PSOE, Antonio Hernando, están convencidas de que con Podemos no se puede ir a ningún lado.