César Vidal
Las verdades del ministro
Hace pocos días, el ministro de Guindos afirmaba que España saldría de la crisis económica el año que viene. Semejante aseveración encierra dos verdades. La primera es que, pese a quien pese, España sigue sumida en la crisis económica que estalló en 2007 bajo el infausto Gobierno de ZP. Algunos veníamos anunciándola desde 2005 de manera pública y notoria, pero todos recordarán que ZP sólo acertó a pronunciar la palabra gracias a un hábil interrogatorio de Gloria Lomana. Llevamos, por lo tanto, casi una década en una crisis económica de la que no hemos emergido. A decir verdad, muchos datos siguen siendo enormemente inquietantes. No se trata sólo de que haya quedado de manifiesto que es más fácil que un camello entre por el ojo de una agua que Montoro controle la cifra del déficit. Además, la deuda pública española supera el cien por cien del PIB –otro trágico record histórico relacionado con ese ministro al que, sin duda cariñosamente, los ciudadanos llaman desde hace tiempo Nosferatu– y la cifra de desempleo no baja del veinte por ciento, es decir, el doble de la que ha provocado en Francia una reforma laboral mucho más estricta que la de la ministra Báñez. Estamos todavía enfangados en la crisis y no pocos datos macroeconómicos son indiscutiblemente muy malos. Pero junto a esa verdad, de Guindos ha señalado la de lo decisivo del año próximo. ¿Podemos salir de la crisis económica en 2017? Salvo que medie una intervención especial del Altísimo –y no existen indicios al respecto– la verdad es que no. Sin embargo, para el año próximo podría estar constituido un gobierno de gran coalición que trazara las líneas de la salida de la crisis sobre ejes tan irrenunciables como la drástica reducción del gasto público comenzando por las CCAA con Cataluña a la cabeza; la bajada enérgica de impuestos; la profundización de una reforma laboral que es alicorta y la remodelación, para que pueda ser viable, del sistema de pensiones. Si esas medidas son adoptadas y respaldadas por una amplia mayoría parlamentaria, España podrá señalar el año que viene como el del inicio de la salida de la crisis. ¿Y si no? Permítanme que cite literalmente lo que me dijo hace tres meses un miembro más que relevante de una de esas instituciones que envía hombres de negro a países que no hacen los deberes: «Si se mantiene la política actual de ese Montoro, en España habrá crisis para los próximos veinte o treinta años».
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