Iñaki Zaragüeta

Llueven los problemas

La Razón
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Poco ha podido disfrutar en calma y tranquilidad Pablo Iglesias de su victoria sobre las huestes de Íñigo Errejón en Madrid. Se las prometía muy felices por el triunfo de su chico, el especulador Ricardo según Cayo Lara, sobre la delincuente (fue condenada por un tribunal) Rita Maestre. Su movimiento radical anticapitalista, comunista para entendernos, se impuso junto al de Teresa Rodríguez en Andalucía y, hete aquí, que esta aspirante a sultana podemita le ha vuelto la espalda y proclamado su divorcio.

La afrenta de Rodríguez desvela claramente las desavenencias internas dentro de Podemos. Siempre he dicho que se trata de un movimiento, más que de un partido. La deriva hacia una «confluencia» fuera de Podemos, demasiadas ya en España, emerge como una discrepancia frontal con las formas dictatoriales de Iglesias. ¿Qué esperaban de una persona que aspira a ser Chavez? ¿Que permitiera diferencias con el pensamiento único? ¿Que aceptara poner en cuestión sus decisiones? Entonces no sería él, ni comunista su proyecto.

Lo peor es que el flanco se le ha abierto por donde menos esperaba. Por un sector en el que más confiaba al coincidir con sus ideas anticapitalistas y en una región con implantación a tener en cuenta aunque no se hayan alcanzado las cotas de poder institucional programadas. Errejón, Maestre, Tania y demás son un grano de complicada solución en Madrid. Este desencuentro ideológico se ve agravado por otro táctico en Andalucía, por lo que las grietas amenazan cuantitativa y cualitativamente. Por no hablar de que cada vez se le ven más las vergüenzas a la mayoría de ellos al demostrar que pueden comportarse de una forma que no permiten a los demás. Así es la vida.