Madonna

Su discurso como mujer del Año 2016 en los premios Billboard ha tenido una gran repercusión y, cómo no, polémica en medios y redes. Yo les aconsejo que la escuchen, si todavía no lo han hecho. Pero entiendo, y se lo condenso, que lo que esta artista nos trasmite con sus palabras es la descomunal y cruel batalla que ha tenido que rendir para permanecer en lo más alto del mundo de la música siendo mujer. Mujer con una sexualidad definida, mujer que se hace mayor, un pecado para nosotras. Ella, que ha sido acosada, agredida y hasta tachada de ser un auténtico diablo, da las gracias a los que la apoyaron y a los que intentaron destruirla, porque éstos la hicieron más fuerte. Lo es, es muy fuerte y muy inteligente. Capaz, después de los horrores que cuenta, de seguir guerreando sin perder el humor, el talento, la salud y la belleza. Somos lo que hacemos y algunos seres tienen dones poderosos que no deben desaprovechar para bien del resto. Algunas feministas se han manifestado en desacuerdo con ella. Yo no. Yo creo que si los hombres y las mujeres somos diferentes en cuerpo y alma, de ninguna manera tendremos que negar esa diferencia para llegar a la igualdad de oportunidades. A la justicia social. De ninguna manera tendremos que adoptar su discurso, ni actuar como ellos para transformar todo esto que no funciona y que ellos inventaron. Las mujeres tenemos que unirnos y confiar en lo que somos.

En nuestra inteligencia y poder primordial. Y desde ese lugar cambiar el rumbo. Luchar al lado de los hombres inteligentes y buenos, que, estoy de acuerdo con Madonna, los hay y son nuestros mejores aliados.