Iñaki Zaragüeta

Manifestación sin argumentos

La Razón
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Ni cien días, ni cincuenta. Los sindicatos CCOO y UGT dan la impresión de haber tomado la bandera de la inestabilidad contra el Gobierno de Mariano Rajoy sin esperar a tener motivos. Simplemente anuncian que este Ejecutivo no tendrá un minuto de tranquilidad. De nada ha servido que la ministra de Empleo, Fátima Báñez, haya pedido a los secretarios generales de las dos centrales referidas, Pepe Álvarez e Ignacio Fernández Toxo, que retrasen la decisión para después de dialogar y tratar de llegar a acuerdos. Pues no. Al revés, los dos han convocado ya una manifestación para el 18 de diciembre. ¿Para qué? No para protestar contra unas medidas u otras. Según su propio llamamiento, el objetivo se centra en la presión contra el Gobierno, percibiéndose claramente el tufo a erigirse en instrumento de los partidos contrarios al acuerdo entre el PP y Ciudadanos para ratificar a Rajoy como presidente. Para que no que duda de lo que afirmo, la invitación a sumarse no ha sido generalizada sino a los partidos y grupos de izquierda. No sorprende que los sindicatos, con esta forma de proceder, la de los últimos decenios, cuenten cada vez con menos seguidores y menos credibilidad entre los trabajadores. Lo que es peor, con un deterioro progresivo de su imagen ante la sociedad. Hasta el punto de que son capaces de pregonar una filosofía y practicar la contraria, de que la transparencia de su funcionamiento sea más tupida conforme pasa el tiempo. Los sindicatos deberían aprender de no cansarse de dialogar, de agotar los intentos de encuentro. Sólo cuando todo eso ha fracasado, como única solución deben decidirse las medidas de fuerza. Así es la vida.