Debate de investidura

Mariano es Mariano

La Razón
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Decía Albert Rivera que Ciudadanos no iba a permitir que Mariano Rajoy matizara o enmendara ninguna de sus seis condiciones. Y en esto llegó el presidente del Gobierno en funciones y dijo después de la Ejecutiva aquello de que «podemos aceptar muchas cosas. O no». Y hasta los de Ciudadanos se quedaron a cuadros. Porque el caso es que Rajoy había convocado a sus huestes para decidir sobre las propuestas de Rivera. Recuerden: «Le he explicado al señor Rivera que debo someter el documento a la aprobación del Comité Ejecutivo de mi partido. Como ustedes comprenderán, no puedo ni debo tomar esta decisión en solitario». Y convocó ayer a su Ejecutiva. Y duró dos horas la reunión y resulta –en palabras del propio Rajoy–que «nadie ha dicho ni una palabra sobre las condiciones» porque, según añadió el propio presidente en funciones, no había convocado al Comité con ese propósito. Y todos, hasta los que no son Ciudadanos –me refiero al PP– se quedaron no a cuadros, sino a octógonos.

Algunos, los que no conocen a su jefe, habían hecho declaraciones: que si las condiciones de Rivera les parecían «asumibles»; que había que matizar y concretar las propuestas porque exigían una reforma de la Constitución... y llega Rajoy y dice que nada de aceptar condiciones o discutir; que lo único que ha pasado es que ha «convocado al Comité para que me autorice a negociar con Ciudadanos. Pedí esa autorización porque España necesita un Gobierno ya. Vamos a luchar hasta el final para que no se repitan elecciones». Es decir, manos libres y cada mochuelo a su olivo. Y los del PP se volvieron a su casa. Y Mariano sigue ganando tiempo.

Las vacaciones de Pedro Sánchez, con posado familiar incluido, resulta que se han diluido con la broma de la Ejecutiva y ahora volvemos donde estábamos: a reunirse con el secretario general del PSOE. «Lo que procede ahora es que yo pueda tener una conversación con el señor Sánchez para ver si realmente quiere repetir las elecciones y cuál es su criterio sobre la fecha en que debe celebrarse el debate de investidura, porque es muy importante para fijar ese debate contar con la opinión del señor Sánchez». Es decir, que la fecha que tanto le reclaman los socialistas ya no es cosa de Rajoy, sino de Pedro Sánchez; y claro, como no es cosa suya, tampoco él puede proponer la fecha que le exige Rivera.

Tampoco dijo si piensa presentarse en caso de no conseguir los apoyos necesarios. Y como algún periodista insistía en la fecha del debate se despachó: «El tema no es la fecha de un debate», sino «la formación de un gobierno. Y para formar gobierno se requieren dos colaboraciones: la de Ciudadanos, que ha dado un paso adelante modificando su posición, y la del PSOE, que hoy parece preferir una repetición de las elecciones». Es decir, que el que prefiere una repetición de las elecciones es Pedro Sánchez y no él.

¿Y usted cree que habrá nuevas elecciones? –insistieron– y entonces va y dice que si no logra salir investido, «lo más probable» es que se repitan las elecciones, aunque «desde la Segunda Guerra Mundial ningún país de Europa ha tenido que hacerlo». Todo un mensaje al líder de la oposición.

Conclusión: puede haber nuevas elecciones o no. Fecha de investidura, o no. Nuevo gobierno, o no. Reforma constitucional, o no. Mariano en estado puro. ¿Y qué ha ganado con la reunión del PP? Pues, como siempre, tiempo. Rajoy sigue marcando los plazos hasta de las vacaciones de Sánchez. Mariano es Mariano.