Restringido
Mensaje del miedo y realismo
Ayer tuve la oportunidad de escuchar por parte de muchos inversores la preocupación ante un escenario electoral que pueda suponer la reversión de las reformas y el retorno a las políticas caducas que nos llevaron a casi quebrar en 2011. Una de las cosas que más sorprende a los inversores es que sea precisamente en España, que ha vivido el error de los planes E, las obras civiles megalomaniacas y el gasto disparado, donde se presenten como soluciones ante las elecciones unos programas que invocan sin rubor a repetir los errores de 2007. No es un mensaje de miedo decir que los planes económicos de algunas formaciones pueden ser letales para la recuperación. Es no tener amnesia. Varios bancos de inversión y analistas han cifrado el riesgo de revertir las reformas en un 1,5% del PIB. El propio ministro De Guindos también lo planteaba.
Tendemos a pensar que la política económica la dicta Europa y por lo tanto da lo mismo quién gobierne. Pero olvidamos que Europa se ocupa de monitorizar resultados, y que la discrecionalidad es mucho mayor de lo que creemos. Tomemos el ejemplo de Grecia e Irlanda. Dos países «rescatados». Uno, Grecia, tomó la senda del intervencionismo y el populismo y convirtió un problema de negociación de deuda en un corralito y con la mayor caída de empleo, empresas y capital inversor de la década en menos de seis meses. Otro, Irlanda, tomó la senda de garantizar la confianza, bajos impuestos y apertura y hoy es uno de los países que más crece y crea empleo junto a España. Las recetas pueden parecernos irrelevantes, pero los detalles importan. España crece más que Italia o Francia y tiene sensibilidades similares al precio del petróleo y el apoyo del Banco Central Europeo.
Las reformas no son un juego que se empieza y se acaba. España tiene aún una labor pendiente de contención del déficit y de gestionar los desequilibrios comerciales y fiscales. Pero, sobre todo, España tiene que priorizar el crecimiento. Si queremos el crecimiento y el empleo de los países líderes tenemos que poner en marcha las reformas que fortalezcan la recuperación desde la realidad, no el intervencionismo. Porque si queremos el nivel de paro y crecimiento de EEUU, Alemania o Reino Unido, tendremos que aplicar las políticas de esos países. Copiando a Grecia se consigue el paro y el estancamiento de Grecia.
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