F. C. Barcelona
Messi, «only you»
Con la colaboración imprescindible de Iraizoz, Messi hizo el 2-0 y la resistencia del Athletic, personificada en Muniain, cayó bajo mínimos. No tuvo su tarde el portero, también cómplice en el gol de Alcácer. El 3-0, no imputable al cancerbero, lo marcó Vidal. Dos goleadores poco corrientes en busca del cariño del entrenador, que empieza a sonreír al defensa, más el acierto cotidiano del rematador de siempre, como siempre. Si Messi manejara su economía con la pulcritud y el donaire con que conduce la pelota, tendría menos problemas con Hacienda que con los defensas peor encarados. Es único. No hay un futbolista como él, con su manejo del balón y de la situación; con su clarividencia y con su solvencia. Hace de Xavi si es preciso y desatasca los partidos en el momento oportuno. Juega y hace que jueguen sus compañeros. No es egoísta porque su multidimensional visión de la jugada le permite elegir la mejor opción. Es el productor de goles por antonomasia: los proporciona y los materializa. Messi, «only you».
Para gustos, los colores. Y esto es algo que tiene tan asumido Bartomeu, que va a retrasar la reforma del Camp Nou para poder hacer frente al desafío económico que supone renovar al mejor jugador de la historia azulgrana. Cien millones anuales con la suma de varios conceptos es un empeño descomunal para un club que ya ha superado el «fair play» financiero. El esfuerzo merece la pena y es proporcional a la admiración que despierta Leo. Su renovación es justicia, el tanto de Torres que abrió el marcador ayer, justicia poética. Provocó el penalti, lo falló Griezmann y lo remató él. La grada lo celebró como si fuese de Messi. E hizo el 2-0.
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