Política

Ely del Valle

Moreno de patio

Moreno de patio
Moreno de patiolarazon

Bárcenas no podrá marcharse de vacaciones de verano a Ginebra, Sant Moritz, Lucerna o donde quiera que tenga sus milloncejos criando brotes verdes. El juez Ruz, con buen criterio, ha decidido que el moreno «patio» es el que más le favorece en sus actuales circunstancias y lo ha dejado a la única sombra que no apetece en estas fechas: la de la cárcel.

A excepción de a su abogado, a nadie le ha chirriado la medida. Además de las judiciales –riesgo de fuga y posible destrucción de pruebas– había otra razón que jugaba en contra de la petición de Gómez de Liaño: la de la opinión publica.

La imagen de Bárcenas saliendo tan pichi por la puerta de Soto del Real hubiera sido pésimamente recibida, y la imposición de una fianza que se hubiera pagado con el dinero presuntamente robado tampoco hubiera servido para apaciguar los ánimos.

La gente está muy harta de ver cómo delincuentes confesos –de menor chicha, pero delincuentes al fin y al cabo– entran por una puerta del cuartelillo y salen por la otra; de ser testigos de cómo se eluden responsabilidades políticas aunque haya testimonios que apunten con bala; de que los que roban no devuelvan ni un céntimo a no ser que el que sustrae sea un partido político, porque entonces, con devolver lo sustraído, ya está el asunto resuelto, y de que la estrategia de defensa más extendida sea la de decorar el escaparate con las miserias de los demás.

Como comprenderán, no tengo ni la más remota idea de si Ruz ha valorado todo esto, pero su decisión nos tranquiliza: alguien que tiene cuentas inexplicadas en paraísos fiscales y cambia sus declaraciones más que Joseba el de Carglass de limpiaparabrisas, donde mejor está, de momento, es lejos del mundanal ruido.