Julián Redondo
Ópera bufa
Entre la resaca del sorteo y las noticias del viernes, la actualidad marginó, al menos temporalmente, la patata caliente que tiene el Barça con Neymar. El turbio negocio para contratar a la perla brasileña ha provocado la dimisión de un presidente, Rosell, a su vez imputado como Bartomeu, el sucesor refrendado en las urnas. Todavía en juicios, en un proceso que parece que nunca terminará, el rumor de que el Manchester United está dispuesto a pagar los 190 millones de su cláusula de rescisión ha alertado a los dirigentes azulgrana, que anuncian negociaciones inminentes con el jugador para mejorarle sustancialmente la ficha. No han recibido oferta alguna por «Ney», cuyo contrato sigue en vigor y en dimes y diretes, y le quieren poner un piso. Entre sainetes y óperas bufas, por suerte para el club quien marca la agenda es Messi, el mejor jugador de Europa la pasada temporada, el adversario número uno de Ronaldo, dispuesto a arrebatarle el cetro en ésta que se anuncia apasionante, mientras los equipos se aplican en los retoques. Benítez persigue el equilibrio y con la recuperación de Benzema no va a tener más remedio que hacer prodigios en el alambre y seguir las pautas de Ancelotti, desbordados ambos por la indivisible estructura de la BBC. El punto de partida del «proyecto Benítez» no fue el Sporting, va a ser el Betis, si es que la realidad se impone y juegan los tres, para regocijo del club.
En este último viernes de agosto, Del Bosque ha recuperado a Mata y a Diego Costa, ha dimitido Ana Muñoz como directora general del CSD –una gran pérdida– y en Francia «L’Equipe» dedica la portada al entrenador del Olimpique de Marsella: «Míchel, el anti Bielsa. Táctica, comunicación y relaciones con el club». Que le vaya bonito.
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