¿Optimista a regañadientes?

Hace un año predije que España crecería, poco, pero crecería, a partir del tercer trimestre de 2013. Ahora, los analistas lo dan por hecho y disputan sobre cuánto subirá el PIB en 2014. El Gobierno aumentó su previsión. También las grandes empresas del Consejo Empresarial para la Competitividad. Lo acaban de anunciar esta semana. Su argumento es que son las que mejor conocen la economía; sienten su pulso en sus cuentas de resultados. Por eso son capaces de predecirla con mayor precisión y anticipación.

Es importante porque la economía tiene mucho de psicología. La profecía autocumplida es una de sus leyes, además, estas declaraciones influyen más allá de nuestras fronteras. El FMI acaba de anunciar una revisión al alza del crecimiento español para el año que viene, Más modesta que la del Gobierno y los grandes empresarios, pero también al alza. Sus analistas son timoratos. Después de sus patinazos en otros tiempos ponen condiciones a sus pronósticos, dicen que para que España crezca deben seguir las reformas estructurales. Así, si fallan, explicarán que es porque el Gobierno español no cumplió. Su optimismo es a regañadientes. No les queda más remedio que reconocer que estamos saliendo del bache mejor de lo que anunciaron antes.

Por tanto, se puede afirmar que la realidad del PIB de 2014 será mejor de lo que el FMI pronostica. La imagen económica internacional de España mejora. Dos datos lo corroboran. Datos que no son de analistas, sino de quienes se juegan dinero. Por eso son más fiables: la prima de riesgo, que está en torno a 250 puntos y bajando, y la entrada de inversión directa. Eso sí que son análisis reales.

*Profesor del IESE