Martín Prieto

Otros sindicatos son posibles

Excepto Unión Sindical Obrera, los sindicatos profesionales y los vergonzantemente denominados «amarillos», las dos grandes centrales Unión General de Trabajadores y Comisiones Obreras comienzan a pertenecer a la especie de los dinosaurios y su extinción es necesaria. Todo el basural que está lloviendo sobre los dos grandes sindicatos se interpreta farisaicamente como la inconfesable aspiración de que desaparezcan o pierdan su influencia. Ni la Patronal pretende tal cosa ni existen sondeos de opinión que indiquen que la sociedad prefiere un mundo sin agentes sociales. Pero hemos llegado a un punto en que el Demonio no se puede quejar de que le demonicen. Otros sindicatos son posibles, como por ejemplo los alemanes. Tienen prohibida la huelga general (no la sectorial) por ser una acción política superadora del sindicalismo y no pueden recibir fondos públicos, administrándose con las cuotas de sus afiliados. A cambio, todo trabajador tiene la obligación de afiliarse a un sindicato. Sus contabilidades son auditadas hasta el último euro. Otros sindicatos europeos no entienden la figura del piquete informativo, que en el más apurado de los casos volantea panfletos para quien desconozca una huelga. Pero quien rompa una vidriera o queme un contendor siendo afiliado a una central sabe que su sindicato será subsidiario civil de su vandalismo. La honradez en los gastos y la civilidad de las acciones es lo que ha hecho a IGMetall uno de los más poderosos sindicatos de la UE, ejemplo que no interesa a personajes como Méndez o «Toxo», perennes funcionarios de una «nomenklatura» burocrática y llegados a los despropósitos de cobrar por cursos que no imparten, dar clases de risoterapia o de vivir de los porcentajes que pagan los despedidos. La huelga de basuras en Madrid es un ejemplo puntual pero ilustrativo: la única huelga es la de los piquetes salvajes. No hace falta llamar al Ejército, sino dar órdenes a las Policías municipal y nacional. Pero nada de esto sería necesario si contáramos con los otros sindicatos posibles.