Pablo no hará a Pedro presidente

Hay dos teorías. La primera que Pedro Sánchez queda tercero pero es apoyado por Pablo Iglesias para ser presidente. La segunda es que Pablo Iglesias queda también por delante del PSOE y preside un gobierno «de progreso» pactando con el PSOE. En ambos casos, como ven, se da por hecho que el PSOE pasa a ser tercera fuerza. Y también en ambos casos se presupone que la suma de los dos partidos quedará muy cerca de la mayoría absoluta –si es que no la consiguen– y que podrían completar con algunos partidos nacionalistas. Hasta ahí todo es posible. Pero la cuestión no es ésa sino quien preside el Gobierno. Y eso no está tan claro.

Hasta ahora era presidente del Gobierno el candidato del partido más votado. Pero eso se acabó. Los que creen que Pedro Sánchez podría aceptar ser presidente –a pesar de ser tercera fuerza– con los votos de Podemos conocen al secretario general del partido socialista: saben que sería su única posibilidad de supervivencia política, vista su incapacidad y falta de estrategia hasta la fecha. Saben que sería un rehén de Podemos. Y saben también que sería el fin de un partido que ha sido hegemónico y que ha gobernado en muchas etapas de la historia reciente de España. La alternativa a ese deseo petrino sería sólo una: un plante de los barones socialistas; elecciones a la secretaría general, y nuevo candidato que no pactara con Podemos.

Y entonces ¿qué alternativa queda? Pues sólo una: un Gobierno PP-Ciudadanos con la abstención del PSOE. Los que dicen que eso no es admisible –PSOE– se empiezan a dar cuenta de que no hay otras posibilidades al margen de ir a unas terceras elecciones, quizá con cambio de candidatos. Pero esa opción ya no gusta a nadie: ni al PP, que vería amenazado su liderazgo como partido más votado, ni al PSOE, que vería aun más mermadas sus opciones a pesar del cambio de líder.

No es momento para experimentos por la debilidad de los partidos tradicionales. Pero hay que hacer algo, aunque ese algo sea traumático para estos partidos y sus dirigentes. Y hay que hacerlo sobre todo por algo de lo que tengo absoluta certeza: si Podemos queda por delante del PSOE, Pablo Iglesias nunca –así, nunca– hará presidente a Pedro Sánchez. Antes preferirá nuevas elecciones. Apuntan ya a ello. Espero no verlo.