Alfonso Merlos
Plagio y gamberrismo
Todo se pega menos la hermosura. Y es lo que demuestran los compinches de ETA emulando a los separatistas catalanes al promover una iniciativa pintoresca, carnavalesca y que va en la dirección única de provocar las risas de la comunidad internacional y el desprecio de los compatriotas que tienen dos dedos de frente. Por fortuna la mayoría abrumadora.
No hay que darle más de dos vueltas. Hablamos sencillamente de los becerros de una organización terrorista que están certificando que a los secesionistas que operan en el noreste de España se les está dando cuerda, que eso en cierto modo funciona y que tiene sentido copiar algunas de sus propuestas estéticas. Desde luego la cadena humana. Y por añadidura la iniciativa de convocar un referéndum para descuartizar la nación más vieja de Europa.
En realidad da igual. Van a fracasar. Generarán ruido. Desatarán titulares. Lo harán durante más o menos tiempo. Pero están abocados al fracaso y al esperpento. Nadie en su sano juicio en este país va a tolerar que quienes han asesinado, mutilado, herido y amedrentado a decenas de miles de ciudadanos vayan ahora a cubrirse con las ropas de la ley para fulminar el orden político, jurídico y administrativo que garantiza nuestra convivencia.
Y nada va a cambiar a pesar de este patético anuncio. Ignoremos las fantochadas de esta cuadrilla de energúmenos que, cuando se aburre, mata moscas con el rabo. Y concentremos todas nuestras energías en abortar los planes extraterrestres de estos enemigos de la libertad, del decoro, de la decencia. Con las armas del Estado de derecho les vamos a achatarrar y aplastar. Legalmente. Pero sin contemplaciones. ¿Alguien lo duda?
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