Julián Redondo
Renovarse o morir
Después del viaje a ninguna parte de la Selección, incapaz de poner una pica en Flandes, la Liga entra en el tercio decisivo, cuando las equivocaciones son cargos de conciencia y apenas queda margen para maniobrar. Algunos ya no podrán rectificar, por no hacer los deberes en verano y suspender en invierno. Otros, como el Madrid, pendiente aún de los exámenes finales, avanzan para el próximo curso y refuerzan posiciones sólidas, como el lateral derecho. El fichaje de Danilo muestra al bueno de Arbeloa el camino de salida y avisa a Carvajal de que la competencia feroz empieza el 30 de junio. ¿Era necesaria la incorporación de este defensa que ya es más que una promesa? Los técnicos, sean quienes fueren, lo han considerado conveniente y se han adelantado a rivales poderosos al cerrar la operación en tiempo récord y sin suspense. Y tras Danilo, el zaguero más caro del fútbol español, más que Pepe, se apuesta por apuntalar el otro carril. Coentrao, que sólo recupera la salud con Portugal, y se exhibe, lleva meses escuchando ofertas y comparte pabellón auditivo con el club; por eso parece que lo de Gayá es serio. El escaparate en las bandas, apoteósico: Carvajal/Danilo y Marcelo/Gayá. Y el que se duerma no sale en la foto.
En otra escala se mueve el Atlético, después de renovar a Simeone. El todopoderoso entrenador ha cursado por escrito las peticiones: dos laterales izquierdos –adiós a Siqueira y Ansaldi–, un central –recupera a Alderweireld y vende a Miranda–, tres centrocampistas –salen Tiago, Gabi y Mario; entran Pjanic, Óliver y uno más–, y, además de Correa, un delantero, que es Cavani, sin perder de vista a Reus. La casa por la ventana.
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