Sal sobre la herida

La excarcelación de cuatro terroristas pata negra decidida por la sección primera de la Audiencia Nacional, viene ha echar sal sobre la herida que ya reabrió la excarcelación masiva de etarras cuando el Tribunal Europeo decidió tirar abajo la «doctrina Parot».

Costaría mucho entender semejante decisión, que se toma en vísperas de que de que entre en vigor una Ley que pone restricciones a una Decisión Marco de la UE, utilizada por los etarras para acelerar su excarcelación y cuando, al mismo tiempo, la sección segunda de la Audiencia ha optado justamente por lo contrario en relación con otro terrorista, si no fuera porque los magistrados que firman la excarcelación tienen en su haber otras sentencias bastante polémicas en el mismo sentido. Manuela Fernández de Prado, por ejemplo, ya emitió un voto particular en 2008 en contra de multar a Jaume Roura y Enric Stern por quemar la foto de Don Juan Carlos durante una visita del Monarca a Gerona el año anterior, al considerar que ese tipo de «actividades» están incluidas en el ámbito de la libertad de expresión.

En cuanto a Ramón Sáez, que nunca ha disimulado su ideología de izquierdas sin paliativos, formó parte del Tribunal que decidió excarcelar en su día a Bolinaga y fue ponente el pasado mes de junio de la sentencia en la que se absolvió a cuarenta integrantes de esa escuela de etarras que es Segi. No es por lo tanto la primera vez que estos dos jueces inclinan la balanza de la Ley – que como ya sabemos, está abierta a las interpretaciones de quienes la deben aplicar– hacia el lado que más beneficia a quienes han hecho de su vulneración un modo de vida consistente en acabar con la de los demás. Tendrán sus razones, digo yo, pero no deja de ser inquietante que, por muy fundamentadas que estén, arañen el sentimiento de la mayor parte de los ciudadanos de bien.