Ely del Valle

Sánchez se acelera

La Razón
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Ya tenemos a todos los políticos haciendo campaña, muy presionados en esta ocasión por un barómetro del CIS que repite lo que ya venían diciendo las encuestas de los últimos meses: que el PP, a día de hoy, perdería un sustancioso número de escaños, aunque no tantos como para no ganar, y que la segunda posición se la van a disputar por el canto de un duro el PSOE y Ciudadanos. Con estas expectativas, el que realmente sale a matar o morir es Pedro Sánchez. Si los pronósticos se cumplieran, al mal resultado del partido socialista habría que añadir el dato de que gran parte de los escaños conseguidos procederían de Andalucía, lo que definitivamente colocaría a Susana Díaz en una posición de fortaleza que nadie duda que haría valer ipso facto. Sánchez se juega en 15 días no sólo el pundonor de su partido, sino también su propia supervivencia y por eso el nerviosismo se le nota más que al resto. Su ofrecimiento a Rivera para conformar un tripartito con Podemos que desaloje a Rajoy es poco menos que letal porque puede empujar a los votantes de derechas que optarían por Ciudadanos como castigo al PP a dar marcha atrás ante la perspectiva de que Rivera les salga rana, y que sus votantes más de izquierdas huyan hacia Podemos espantados por un pacto con un partido «oportunista» que, según el propio Sánchez, sólo apoya al PSOE cuando no tiene más salida. Se supone que una de las claves es no hacerse «un Almunia» buscando alianzas antes de tiempo que desmotiven al electorado, pero Sánchez, con los nervios, se ha olvidado de esta máxima. A no ser que se crea el CIS más de lo que dice y su prioridad ya sólo sea salvar el pellejo con una segunda posición holgada que le permita seguir calentando escaño como jefe de la oposición.