Julián Cabrera
Sánchez y su Rubicón catalán
No es casual que tras ser recibido, primero por el Rey y después por el presidente del Gobierno antes del parón vacacional, el pistoletazo de salida para el líder socialista Pedro Sánchez en este arranque del curso político pase por su entrevista hoy miércoles con Artur Mas en Barcelona.
El encuentro podría ser importante para el presidente catalán desde la hipótesis de la posible salida digna que le supondría simplemente aceptar el debate para reformar la Carta Magna en pos de un modelo federal. Hipótesis lejana porque no hay más que contemplar las posaderas de Mas y Junqueras cada vez más adaptadas a los lomos del tigre sobre el que cabalgan.
Para Pedro Sánchez, sin embargo, la reunión adquiere tintes de auténtica prueba del algodón. El asunto catalán sí es el primer Miura frente al que habrá de dar la verdadera talla de su sentido de estado. El de hoy puede ser un buen punto de arranque para responder a interrogantes como dónde está escrito que un modelo federal sea más idóneo que el actual modelo autonómico, en qué punto el modelo federal desbroza una mejor solución al conflicto catalán, cómo se cuadra eso de mantener los «hechos diferenciales» navarro y vasco dentro de un sistema federal o sencillamente cómo se satisface a una parte de la sociedad catalana a la que durante la última década se le ha inoculado la gran quimera independentista.
Sánchez pone hoy a prueba en Barcelona su altura de miras para gobernar España. Hoy puede demostrar que aun siendo legítima su propuesta de reforma constitucional y federalista, su discurso es el mismo al sur del Guadalquivir y al norte del Ebro. ¿Le animará por cierto Carme Chacón a acompañarla al acto de Sociedad Civil Catalana?
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