¿Seguro que habrá abstención?

Hay mucha gente, mucha, que da por hecho que el PSOE optará finalmente por la abstención como mal menor ante otras elecciones que puede dejarle frito. Sin embargo, tres de los cuatro políticos socialistas con los que he hablado esta última semana no lo tienen tan claro.Si en el próximo Comité Federal hay un puñado de rebeldes– tampoco hacen falta muchos pongamos unos treinta– que amenazan con romper la disciplina de voto, Fernández tendrá muy complicado defender una decisión que pondría en evidencia que el PSOE está roto porque, en algún momento, el socialismo que él defiende, que es el de González, ha ido cediendo terreno a otro socialismo, muy diferente, que es el de Zapatero. No hay que buscar la nueva política fuera, el PSOE la inventó hace doce años cuando el rival político pasó a convertirse en enemigo; cuando las ministras querían colgar de la catenaria a las presidentas autonómicas de signo contrario; cuando se inventó el bulling político en forma de cordón sanitario; cuando la Constitución se convirtió en interpretable.

Esto no significa que la mayoría de miembros del Comité Federal simpaticen con estas prácticas, pero muchos de ellos sólo han conocido ese socialismo.

Hay una nueva generación de políticos que ha comenzado a tomar las riendas de los partidos. En el PP el relevo no está siendo tan traumático porque cuando se está en el poder, nadie da golpes en la mesa. En el PSOE, sin embargo, se laminó a los más viejos del lugar y los nuevos entraron en tropel a ocupar las vacantes. Aquellos, los de entonces, se hubieran abstenido en enero; para los de ahora, recular supone una humillación intolerable. La nueva política, la de fuera y la de dentro del PSOE, no entiende de cesiones y sí de Maquiavelo y sus finalidades justificables. Por eso, me van a permitir que en este asunto pase de apostar, so pena de perder.