Iñaki Zaragüeta
Un año importante
El PP afronta un año quizá decisivo desde el punto de vista político y electoral. A pesar de afrontarlo con un bagaje de buenas noticias, el horizonte se presenta complicado porque los datos positivos no eliminan los problemas cotidianos de una importante masa social española.
Por un lado, destacan entre otros la eficaz gestión del Gobierno de Mariano Rajoy, que ha logrado detener el aumento del paro e iniciar la dinámica de creación de empleo; disminuir la prima de riesgo por debajo de los 200 puntos cuando se encontraba en los 600 hace tan sólo 19 meses; eliminar la amenaza de una intervención por parte de la Unión Europea que se daba como segura; o la progresión del turismo.
Por contra, la todavía enorme cifra de parados, la decepción por el incumplimiento de programa electoral, los recortes a la clase media y los pequeños empresarios, o el hecho de que la mejora de los datos del PIB, el déficit y la deuda no se refleja en una clara mejora de la calidad de vida de los ciudadanos ni satisface aún por completo las exigencias de aquellos hombres de negro europeos que, por cierto, son los primeros en no aplicarse las recetas que nos prescriben a los demás. Al PP no le queda otra, con la vista puesta en las europeas de mayo, que batallar por mantener seducidos a sus votantes de 2011 o, como si se tratara de un mal menor, que opten por el castigo de la abstención y por tan sólo esta vez. Eliminar la tentación de decidirse por otras opciones por aquello de «que quien lo hace una vez ¿por qué no lo va a repetir cuando no habrá sufrido las consecuencias porque los diputados de Estrasburgo no penetran en nuestro discurrir diario?» Así es la vida.
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