Reyes Monforte

¡Vamos, Rafa!

La Razón
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Hay franceses que no han superado que España dejara de ser napoleónica y que, después de 5 años de reinado de José Bonaparte I, expulsara a las tropas francesas. No lo han hecho y, cada cierto tiempo, escupen la bilis. Y deberían digerirlo ya porque incluso el propio Napoleón se la envainó y devolvió el poder usurpado a Fernando VII. Parir un personaje como Napoleón debe dejar desgarros, pero Francia no cicatriza ni con sobredosis de Cicaplast, que no sé si dará positivo en un control de dopaje, pero evitaría que algunos dieran positivo en idiotez supina. Deberían superarlo. Otros países se han sobrepuesto a pasados peores: España superó a Franco, Rusia a Stalin –o en ello está–, Alemania y Austria superaron a Hitler, e Italia a Mussolini. Hay que crecer. Incluso Napoleón creció y dijo cosas tan sensatas como que la envidia es una declaración de inferioridad. Como el deporte francés no ha dado positivos ni siquiera en el dopaje, se dedican a sembrar bulos para suavizar el ardor de estómago que provoca la envidia. El último lo lanzó una ex ministra francesa acusando a Rafa Nadal de doparse. Acusar es lo más fácil del mundo y suele hacerlo cualquier tonto con pretensiones de listo. Rara vez una acusación gratuita y fruto de un rebote de testosterona o similar se traduce en una demanda judicial. Entre otras, porque suelen acusar sin pruebas. Sucede en todos los ámbitos de la vida. A mí me ha llegado a decir uno que se autodenomina periodista «sabemos que es mentira, pero lo vamos a publicar», sin saber que no sólo está cometiendo un delito de injuria, sino también de calumnia. Difama que algo queda o, como decía Napoleón, «el mal de la calumnia es semejante a la mancha de aceite: deja siempre huellas». Pero la sociedad cada vez está más preparada y sabe distinguir.

Nada, Rafa, a seguir, que ladren. Haces bien en denunciar. Napoleón dijo que requiere más valor sufrir que morir. Y tú sufrir, has sufrido mucho, pero morir, ni siquiera un poquito. Es lo que tienen los valientes.