César Vidal
Votar a Trump
Aunque Hillary Clinton parte con ventaja en la carrera electoral, Donald Trump no es un rival pequeño y, como ella, va a atraer un voto contradictorio. ¿Quién va a votar a Trump? Primero, los que piensan que el sueño americano ha dejado de cumplirse. Toda su vida han creído que trabajando, respetando la Ley y pagando impuestos –por cierto, mucho más bajos que en España – podrían tener casa propia, un retiro digno e incluso enviar a los hijos a la universidad. A día de hoy, ese pacto social ya no se corresponde con la realidad. Segundo, los que desean «ley y orden». Están cansados de escuchar malas noticias –aunque vengan del otro lado del Atlántico– y les horroriza que alguien pueda disparar a un policía. Tercero, los que están cansados de aventuras extranjeras. En contra de lo que pueda pensarse en España, el norteamericano es aislacionista. Tras década y media de conflictos armados irresueltos, no ve razón alguna para que sus muchachos sigan en Irak o en Afganistán. Antes de adecentar la casa ajena, desea que se arregle la propia. Cuarto, los que están hartos de que se vayan las empresas al extranjero. Recuerdan una época en que Estados Unidos daba trabajo a millones en industrias que, hace tiempo, se han desplazado a China o a México. Ansían que las empresas americanas den trabajo a americanos en suelo americano. Quinto, los que desean que se cierre la puerta a los inmigrantes. No están en contra de la inmigración en sí, pero consideran que no se puede seguir soportando un flujo continuo de extranjeros. En especial, les preocupan los mexicanos –el ochenta por ciento de los hispanos en Estados Unidos– y los musulmanes que, desde su punto de vista, no están convirtiendo Europa precisamente en un remanso de paz. Sexto, los que consideran que el gasto público es excesivo. En comparación con España, el número de funcionarios o de empresas públicas es casi ridículo. Estados como Texas tienen menos proyección legislativa y burocrática que Asturias y no digamos ya Cataluña o las Vascongadas, pero para muchos norteamericanos se trata de una situación intolerable. Séptimo, los que piensan que les están robando su país. Recuerdan un tiempo en que había menos intervención pública, en que la economía giraba en torno a la producción y no a la especulación, en que no hubo guerras interminables, en que los rostros que veían por la calle no eran extranjeros que están ocupando sus espacios vitales. Todos éstos votarán a Trump.
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