Sin Perdón

La congelación de las reglas fiscales

«Se abren las puertas a un festín interminable de descontrol, clientelismo y despilfarro»

Trump ha exigido que la UE incremente de forma sustancial su gasto en defensa. Sánchez y otros dirigentes europeos, aunque ninguno con su virulencia, le han criticado, pero se someterán a su voluntad. Por supuesto, son políticos y lo vestirán para que sea asumible por la opinión pública. No reconocerán que su reacción inicial era solo propaganda. En Estados Unidos existe un consenso generalizado a la hora de exigir ese incremento que beneficiará y mucho a la poderosa industria armamentística, así como a los lobistas. La realidad es que tenemos un Gobierno socialista comunista que hará ricos y mucho, en algunos casos, a los buenos amigos que están estratégicamente colocados para repartirse el pastel presupuestario. En aras de la seguridad europea, ahora que está a punto de finalizar la Guerra de Ucrania, se podrá enmascarar esta impresionante operación económica. Los movimientos del Ejecutivo en el sector empresarial responden a una estrategia que no se ha improvisado, sino que sigue una hoja de ruta. La victoria de Trump hace que se superen las expectativas más optimistas.

Von der Leyen ha dado la solución para entrar gozosos en una nueva espiral de gasto público que recibirá pocas críticas, ya que la excusa es que nos tenemos que defender frente al Gengis Khan que viene del Este. Es tan sencilla como proponer la congelación de las reglas fiscales para que la UE pueda invertir centenares de miles de millones en Defensa. Los países europeos gastaban poco más de 200.000 millones antes de la guerra y el año pasado alcanzaron unos 320.000. Ha decidido llamarlo un «enfoque audaz». Sánchez estará muy contento, porque no tiene que sufrir los límites del 3% de déficit y el 60% de deuda que deben incluir los Estados para evitar las sanciones. Con el fervor que tiene la izquierda por incrementar el déficit público y la deuda se abren las puertas a un festín interminable de descontrol, clientelismo y despilfarro. No tengo la más mínima duda, porque podemos acudir a la acreditada experiencia de los gobiernos socialistas que tuvieron unas políticas económicas desastrosas y proliferaron los conseguidores, como sucede actualmente, que hacen su agosto a costa de los Presupuestos. Y ahora tendrán a su disposición decenas de miles de millones en los próximos años.

Francisco Marhuendaes catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE)