Opinión
Un conocimiento histórico y desconocido
La vida tiene sorpresas que en no pocas ocasiones nos proporcionan alegrías y conocimientos inesperados
La vida tiene sorpresas que en no pocas ocasiones nos proporcionan alegrías y conocimientos inesperados. Este fin de semana tuve la ocasión de vivir una de ellas, al conocer una pequeña localidad de la Provenza francesa, de nombre Cotignac y con una población de algo más de 2.000 habitantes. Lo sorprendente desde una lógica estrictamente racional y humana, es que en ese lugar y sus proximidades se produjeran diversos acontecimientos de gran importancia para la Humanidad, y que pese a ello son muy poco conocidos cuando menos en nuestro país, vecino tan próximo, y de profundas raíces cristianas como los que narraremos. Creo que merecen ser conocidos y por tanto divulgados, porque «no se puede querer lo que no se conoce, y no se defiende lo que no se ama»; lo que con esta primera entrega intento comenzar a cumplir.
En la Sagrada Escritura, y en concreto en los Evangelios, se narran en diversos momentos episodios en los que los protagonistas son tres hermanos con los que Jesucristo mantenía una especial relación de cariño, amistad y cercanía. Son Lázaro, Marta y María, que vivían en Betania, localidad próxima a Jerusalén y que Jesús visitó en vísperas de su Pasión y muerte en la Cruz. Signo de la especial relación existente entre ellos y el Señor es el milagro de la resurrección de Lázaro y que Maria Magdalena fuera la primera persona a la que se apareció Jesucristo tras su Resurrección. Ello sin perjuicio de que antes que a ella, se apareciera a la Virgen Maria, aunque por humildad no fuera este episodio narrado en los Evangelios. Pues bien, la Biblia no aclara si la Magdalena (residente en Magdala) era el mismo personaje que la hermana de Marta y Lázaro. La Iglesia ante la indefinición de la Escritura no se ha pronunciado sobre si María Magdalena y Maria de Betania son el mismo personaje y lo conocido este fin de semana confirma en mi opinión totalmente que si lo eran. En el año 48, los tres hermanos y un grupo de las «santas mujeres» referidas en los Evangelios al parecer salieron de Palestina por las persecuciones que sufrían los seguidores de Cristo por los judíos y los romanos. En una embarcación «sin remos ni vela» fueron abandonados a su suerte, y las corrientes y el viento les llevaron hasta el sur de las Galias. Antes de pensar en una presunta leyenda, anticipo que Santa Marta tiene una preciosa Colegiata dedicada a ella en Tarascon (a 140 km de Cotignac) y un documentado compendio de su vida que dan fe de ello y su muerte allí (Seguirá).
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