«De Bellum luce»
Corrupción cruzada, proteína pura para Vox
Lo más grave es que esta dinámica convierte la política en una guerra donde ya no importan los hechos, sino quién roba mejor, quién disimula más o quién consigue viralizar antes su indignación
El «Y tú más» ha vuelto con fuerza al tablero político español. Realmente nunca se fue, pero no más allá de final de verano la cosa se va a poner bastante más «calentita». A un lado, el PSOE trata de despegarse como puede del caso Koldo, de los indicios que cercan al entorno de Pedro Sánchez, de los escándalos de Ábalos y del todopoderoso «número dos» del partido que sigue haciendo vida en Soto del Real. Al otro, al PP se le echan encima los fantasmas del pasado que les sacó del poder nacional y en tantas otras comunidades autónomas. El reciente estallido del «caso Montoro» no sólo vuelve a ensuciar la era Rajoy, una etapa que arrastra una treintena de juicios pendientes. Sánchez quiere creer que ahí ha encontrado la fórmula mágica que le aliviará el desgaste, pese a que sus aliados le dan por amortizado políticamente y cuentan que le sostienen con respiración asistida hasta el momento que para ellos resulte más oportuno dejarle caer.
Si atendiese a lo que dicen por el norte, el presidente del Gobierno debería ir pensando en engrasar la maquinaria electoral para marzo del año que viene, mes arriba, mes abajo, porque a todos les empieza a apretar ya demasiado el zapato y necesitan aliviárselo antes de que se les echen encima las elecciones municipales. Dan por descontado que el líder del PSOE no aceptará moverse a un lado para colocar a un relevo, lo que sería la mejor solución posible, aunque tampoco ven una alternativa en medio de corral mal avenido de los socialistas.
Puede que, para disgusto del PP, a la herencia de Rajoy se le añada algún golpe más, inesperado, en Madrid, y que coloque en una situación incómoda a la presidenta y, por ende, a la dirección popular. Pero por «gordo» que sea el tema, en el norte no se bajan de ese guion que sitúa para marzo el final de la Legislatura.
Sea como sea, mientras PSOE y PP se desgastan acusándose mutuamente de saqueadores, ese fuego cruzado alimenta un clima en el que el ciudadano medio se distancia aún más de la política entendida en su sentido más tradicional. Y en ese vacío de confianza, sólo puede crecer Vox. En todo caso, lo más grave es que esta dinámica convierte la política en una guerra donde ya no importan los hechos, sino quién roba mejor, quién disimula más o quién consigue viralizar antes su indignación. Que Odín nos proteja.