El trípode

Declaraciones de guerras apocalípticas

No hay margen para la ingenuidad ya que en toda guerra la «batalla de la información» es decisiva para conseguir la victoria perseguida y la UE no es neutral en el conflicto.

La información que llega a Europa occidental respecto a la «operación militar especial» en Ucrania ordenada por Putin, es tan neutral, objetiva e independiente como la que reciben los ciudadanos rusos procedente del Kremlin. No hay margen para la ingenuidad ya que en toda guerra la «batalla de la información» es decisiva para conseguir la victoria perseguida y la UE no es neutral en el conflicto. De hecho, desde aquel 24 de febrero de 2022 lo que comenzó como una presunta intervención «quirúrgica» y con rápidas conversaciones para negociar un acuerdo entre Rusia y Ucrania en Turquía, con Erdogan de mediador, (su país es miembro de la OTAN), se ha convertido en una guerra de desgaste de EE UU con Rusia, actuando la Alianza y la UE de peones principales de Washington. En definitiva, se trata de un movimiento en el tablero en que se juega el «nuevo orden multipolar», formalizado con el Tratado firmado en Pekín por Xi Jinping y Putin, inmediatamente antes de regresar éste a Moscú y comenzar la operación en Ucrania.

En este contexto cobran decisiva importancia las elecciones presidenciales estadounidenses de noviembre entre un Trump «políticamente incorrecto» y un Biden en manos del «deep state» de manera tan evidente como exagerada. Por parte de Rusia no se prevén novedades; la intervención de Putin en su tradicional mensaje anual ante el Parlamento bicameral de la Federación Rusa ha sido un auténtico mitin, ante las elecciones dentro de dos semanas donde espera su reelección al frente de la Federación donde, de facto, se encuentra desde comienzos de siglo. Pero lo que dijo no es para tomárselo a broma: afirmó solemnemente estar dispuesto a utilizar armamento nuclear si la OTAN despliega tropas sobre el terreno para hacerles frente. Fue para replicar al presidente francés Macron quien afirmó esta semana su voluntad de hacerlo para hacer frente a Putin y evitar su victoria militar, posición a la que el dignatario polaco Tusk se ha sumado enérgicamente. Todo ello además de que Suecia y Finlandia se han incorporado a la OTAN y de la exigencia de aumentar el presupuesto dedicado a Defensa a un 2% del PIB de sus estados miembros. Podría considerarse que son declaraciones de cara a la galería o simplemente electoralistas, pero se equivocaría quien así lo hiciera sin tener en cuenta que «quien juega con fuego, puede acabar quemándose». La Historia, «maestra de la vida», tiene ejemplos sobrados de ello en el pasado siglo con las dos guerras mundiales. La Segunda acabó con la bomba atómica, pero la Tercera acabaría con la humanidad.