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El trípode

Delegación del Gobierno «zona cero» de la DANA

Al parecer, al no asistir Sánchez a aquel funeral, hay que hacer otro a su gusto, como ya sucedió en 2020 con las víctimas del COVID

Tras casi siete meses desde su vergonzosa huida de Paiporta, abandonando a los Reyes que se quedaron ejemplarmente dando la cara ante indignados afectados -junto al Presidente de la Generalitat Valenciana, que tampoco huyó- Sánchez ha vuelto a Valencia. Paiporta forma parte de la considerada como «zona cero» de la DANA del pasado 29 de octubre, y en concreto es la población de mayor cifra de muertos (45) de los 70 municipios de la citada zona. En esta ocasión, Sánchez ha vuelto para reunirse con unas asociaciones de víctimas de la tragedia en la Delegación del Gobierno en València y con un considerable despliegue policial de protección. Al parecer ni siquiera informó al gobierno autonómico del encuentro, lo que da idea del concepto que tiene de la colaboración institucional y precisamente con ocasión de una catástrofe que ocasionó 228 víctimas mortales y cuantiosos daños materiales. Eso sí, la secretaria general del partido socialista en la comunidad valenciana y candidata para las autonómicas si que estaba presente. Sin duda su condición de ministra de Ciencia sí que exigía su presencia como un acto de precampaña electoral. Es un espectáculo lamentable el que se utilice a las víctimas como protagonistas de un acto político convertido en partidista y carente de respeto institucional, utilizado como promoción de una ministra-candidata, -cualidad muy presente en el megagobierno sanchista- y utilizando a la Delegación del Gobierno (de la Nación) como escenario de dicho acto cual si fuera la sede del Ferraz valenciano. Entre las demandas trasladadas al Gobierno, estaba la de celebrar un «funeral de Estado laico» lo que ya es suficiente para conocer al personal . El pasado lunes 9 de diciembre, en la catedral de Valencia y con asistencia de los Reyes, de ministros del Gobierno y del Presidente y otras autoridades de la Generalitat, acompañando a unos 400 familiares de las víctimas, se celebró un solemne funeral. Al parecer, al no asistir Sánchez a aquel, hay que hacer otro a su gusto, como ya sucedió en 2020 con las víctimas del COVID. El 6 de julio de ese año y con asistencia también de los Reyes se celebró un funeral en la Catedral de la Almudena de Madrid. La reacción del gobierno de Sánchez fue promover un funeral de Estado «laico» por considerar que la Constitución no establece la religión católica ni ninguna otra como «oficial del Estado». Ese funeral «laico» se celebró días después enfrente de la Catedral, en la Plaza de Armas del Palacio Real -y a juicio de los expertos en la materia- fue una auténtica ceremonia de ritual masónico. Al parecer, para Sánchez la «religión del Estado».