A pesar del...
Desigualdad y envidia en la España de los Habsburgo
Quizá resulte que la envidia no está tan extendida entre nosotros como hemos creído toda la vida
Se suele afirmar de manera taxativa que la envidia es un rasgo sobresaliente de los españoles. No lo creo. Es ciertamente algo difícil de medir, pero no imposible. Por remontarnos a tiempos de Cervantes, la economía española registró una caída tras el segundo tercio del siglo XVI hasta mediados del siglo siguiente, recuperándose más tarde de forma gradual. Pero en la decadencia posterior a los años 1570, ¿qué sucedió con el bienestar y con la desigualdad?
Los soberanos españoles recurrieron para financiar sus campañas bélicas no solo a la deuda sino también a la venta de bulas papales de Cruzada, que dos destacados historiadores económicos de la Universidad Carlos III de Madrid, Carlos Álvarez-Nogal y Leandro Prados de la Escosura, investigaron en un reciente artículo publicado en CEPR (https://bit.ly/3qdhmPP). Dichas bulas, herederas de las indulgencias, fueron vendidas por la Iglesia en Europa desde el siglo XI, pero su «verdadero auge llegó en el siglo XV con el desarrollo de la imprenta, que facilitó la venta de bulas a gran escala». Los ingresos eran recaudados por la Iglesia, pero cedidos en parte a la corona. «Al contrario que en el resto de Europa, donde la venta de indulgencias fue suprimida por el Papa Pío V en 1567, la práctica se consolidó en España». La venta de las bulas «es una medida de confort espiritual y por tanto de bienestar subjetivo en un mundo sumamente religioso». Los profesores Ávarez-Nogal y Prados de la Escosura constatan que esa medida bajó a finales del siglo XVI y también en los años 1640, pero subió en la década de 1670.
Ahora bien, como había dos tipos de bulas, de 2 y 8 reales, el porcentaje de las primeras con respecto a las segundas indica «la proporción de la población que se incluía en la parte superior de la distribución de la renta, en otras palabras, nos presenta una medida subjetiva de la desigualdad», que aumentó a comienzos del siglo XVII y cayó en los años 1640 y también más tarde en las décadas de 1660 y 1670.
En la España de los Habsburgo no solamente bajó la renta per cápita, sino también la desigualdad, y sin embargo los españoles no parecían estar muy felices. Quizá resulte que la envidia no está tan extendida entre nosotros como hemos creído toda la vida.
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