Estrecho de Gibraltar
Colaboración con Marruecos
El llamado «fenómeno toy» –la oleada de inmigrantes ilegales que intentan atravesar el Estrecho de Gibraltar en barcas de juguete–, que ha tenido su mayor repunte durante el pasado fin de semana, no es más que el reflejo de la enorme presión migratoria que se registra en el norte de África y que afecta en gran medida al reino de Marruecos. De hecho, la mafias implicadas en este tráfico humano, insensibles al peligro cierto de muerte al que exponen a unas personas desesperadas, han aprovechado las fechas del final del Ramadán, cuando más baja está la guardia de nuestros vecinos del sur, para incrementar sus operaciones. Entre el pasado sábado día 10 y el lunes, Salvamento Marítimo tuvo que proceder al rescate de 196 ocupantes de esas pateras de goma. Pero esta circunstancia no debe empañar el buen resultado que en materia de control de fronteras e inmigración está dando la colaboración entre los Ministerios del Interior español y marroquí. Una colaboración reforzada tras la llegada del Gobierno del Partido Popular, que ha conseguido reducir notablemente la llegada a las costas españolas de irregulares. Sólo en los siete primeros meses de 2013, las autoridades marroquíes habían interceptado a 1.380 inmigrantes, reduciendo el flujo notablemente, pese a que la actividad de las redes de inmigración ilegal no ha cesado de aumentar. Pero si la colaboración entre ambos países ha mejorado operativamente gracias, también, a los nuevos sistemas de enlace y canales de comunicaciones impulsados por Interior, lo cierto es que sobre el Gobierno de Rabat está recayendo el peso de un problema que no deja de crecer y que agota sus limitados recursos. Desde toda el África subsahariana, e incluso desde el sudeste asiático, fluyen anualmente hacia Marruecos miles de candidatos al «sueño europeo», los cuales son concentrados por las mafias durante meses a la espera de una oportunidad de paso. Es una realidad que no puede ser ocultada y que exige de España un mayor aporte de medios a las autoridades marroquíes, especialmente cuando se producen estas salidas masivas desde sus costas, que desbordan los despliegues de vigilancia. Desde el Ministerio del Interior, y a través de la Secretaría de Estado de Seguridad, se propone ofrecer los medios navales y aéreos españoles a las autoridades alauíes para que operen en sus aguas territoriales, lo más cerca posible de la costa africana, para que los inmigrantes interceptados sean desembarcados en el puerto marroquí más cercano. Porque, de lo contrario, cada rescate que efectúa Salvamento Marítimo se convierte en un efecto llamada para miles y miles de nuevos candidatos.
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