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Firme recuperación del empleo

La Razón
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Los datos del mercado laboral español referidos al pasado mes de marzo no sólo confirman que el ritmo de reducción del desempleo se acelera, lo que es una magnífica noticia, sino que la recuperación se extiende a todas las comunidades autónomas –con la salvedad del País Vasco, donde ha crecido el paro– y a todos los sectores productivos, incluido el de la construcción. Prácticamente, todas las cifras facilitadas ayer por el Ministerio de Empleo dan cuenta del mejor mes de marzo en materia laboral de la historia reciente, con 536.512 afiliados más a la Seguridad Social que hace un año y con una reducción del paro registrado de 343.947 personas con respecto al mismo periodo de 2014. De mantenerse esta tendencia –es decir, con las mismas tasas de reducción del desempleo (-7,17 por ciento) y de afiliación a la Seguridad Social (3,29 por ciento)–, no parece descabellado que se cumpla el ambicioso objetivo de la creación de tres millones de puestos de trabajo para 2017 que propuso el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en el último Debate del Estado de la Nación. Con el éxito añadido de que la recuperación se está llevado a cabo sobre bases nuevas, más firmes, fruto del amplio programa de reformas llevado a cabo a lo largo de la legislatura. Tal vez, la industria del automóvil –cuyo mercado interior creció en marzo a un ritmo del 32 por ciento– sea el mejor ejemplo de las virtudes de esta reforma, que ha propiciado un nuevo modelo productivo y de relaciones laborales –con acuerdos sindicales «intercentros» en lugar de los sectoriales–, lo que la ha convertido en la 9ª del mundo y en un referente internacional de calidad. De hecho, y si la evolución de los acontecimientos no trunca la senda emprendida, puede asegurarse que la economía española, más flexible y productiva, con un sistema financiero saneado y repotenciado, habrá dejado de ser esa «máquina de destrucción de empleo» que se ponía dramáticamente en marcha a cada cambio de ciclo. Así, hoy se crean puestos de trabajo con bajas tasas de crecimiento del PIB, lo que era algo impensable hace sólo una década, y la ganancia en competitividad mantiene una balanza comercial positiva. Y, si es cierto que queda mucho por conseguir en la creación de empleo, la perspectiva ha cambiado diametralmente desde 2011, cuando parecía que todo nos abocaba al rescate. Hay, por último, una reflexión ineludible que plantear: que en la salida de la crisis, afrontada en uno de sus momentos más duros, se han conjurado diversos factores, pero que uno de los más relevantes ha sido la estabilidad política que representaba la existencia de un Gobierno sólido, respaldado por una amplia mayoría parlamentaria, que ha podido tomar las decisiones, no siempre fáciles ni bien comprendidas, que había que adoptar.