La limitación de mandatos lo dictan las urnas

E n los acuerdos de legislatura que firmaron el Partido Popular y Ciudadanos figuran dos reformas legales de amplio calado que, al menos, merecerían una segunda reflexión por parte de la formación de Albert Rivera sobre la idoneidad de llevarlas a término. Nos referimos a la limitación de mandatos del presidente del Gobierno y a la supresión de los aforamientos de diputados y senadores. Son propuestas, a nuestro juicio, que pecan en exceso de coyunturales y que obvian, sobre todo en la cuestión de la protección de los representantes populares, las enseñanzas de la historia. Es evidente, porque así lo ha dicho públicamente, que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, no cree en la limitación de mandatos –más propia de sistemas presidencialistas que de las democracias representativas–, pero, aún así, está dispuesto a cumplir lo firmado con el partido naranja. De ahí que la cuestión suscitada sobre el cómputo del tiempo que el Gobierno estuvo en funciones es de la mayor importancia. Con la salvedad antedicha de que la limitación de mandatos sólo deberían dictarla las urnas, parece razonable que el largo período de inestabilidad política vivido por España no se vuelva en contra de las, por el momento, supuestas aspiraciones de Mariano Rajoy a presentar de nuevo su candidatura a La Moncloa, aunque se agote la actual legislatura.