Balance del Gobierno
Reformas que refuercen el «espíritu del 78»
Si los 314 días de bloqueo político han servido de algo, es para confirmar que la legislatura que se pone en marcha de manera efectiva con el nuevo Gobierno sea reformista. Está claro que España necesita un impulso para recuperar lo perdido en estos años de crisis y sobreponerse al desgaste político sufrido. En este periodo debe marcarse como objetivo prioritario el pacto por la Educación, algo en lo que coincide el conjunto de las fuerzas mayoritarias, pero, pese a que en esta materia se fortifican demasiados prejuicios ideológicos, debe abrirse un consenso a largo plazo. No existe otra reforma que sea tan demandada por la sociedad. La corrupción, por contra, no se combate sólo con un pacto; estamos hablando de una conducta ilegal y delictiva, lo que requiere, probablemente, establecer sistemas de control administrativos más eficaces y una clara voluntad de apartar la política de conductas reprobables. El cambio de la Ley Electoral abrirá un gran debate, pero parece que los ciudadanos han mandado ya un mensaje: hay que aumentar la estabilidad y primar los partidos nacionales. La «madre de todas las reformas», la de la Constitución, debe partir de la pregunta básica de qué se quiere cambiar y de un gran consenso que refuerce el denostado «espíritu del 78».
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