Religion

Revitalización de la Iglesia

Ttras nueve años de paréntesis, causado por los sucesivos cambios en el Pontificado, los obispos españoles empezaron ayer la preceptiva visita «ad limina» a la Santa Sede para dar cuenta al Papa de la situación en la que se encuentran sus respectivas diócesis. En esta ocasión no se trata, sin embargo, de un mero trámite canónico, sino de una profunda auditoría en un momento de gran trascendencia para el Vaticano y para la propia Iglesia española. Impulsado por Francisco, sopla con fuerza un espíritu de renovación en todas las instancias eclesiales, empezando por la administración vaticana. Ayer mismo se dio a conocer la nueva organización económica que reforma de raíz la gestión financiera, a la que se dota de transparencia absoluta y de un control más riguroso. Un cambio estructural que responde al firme deseo del Papa de abrir de par en par las puertas de la Iglesia como signo de hospitalidad incondicional y como demostración de que nada hay que ocultar. En este clima de renovación, la visita de los obispos españoles resulta tanto más oportuna por cuanto que también ellos se enfrentan a un proceso de relevo al frente de la Conferencia Episcopal. La cercana jubilación del cardenal Rouco (77 años) como arzobispo de Madrid y su sustitución, en apenas 18 días, como presidente del Episcopado darán pie a un nuevo liderazgo, al que se suele asociar la imagen mediática de la Iglesia. El Papa Francisco conoce bien la realidad eclesial española desde que estudiara en Alcalá de Henares, y no cabe duda de que su influencia se dejará sentir en el rumbo que los obispos adopten en los próximos años. En todo caso, la nueva etapa será de regeneración dentro de la continuidad con una excelente labor realizada en la última década, entre cuyos logros destaca el impulso a la familia, la evangelización de los jóvenes y, a raíz de la crisis económica, la ayuda a los más necesitados. Pero no sólo: la presión del laicismo militante y la promulgación de leyes contra el derecho a la vida y contra la configuración natural del matrimonio han obligado a los obispos a salir públicamente en defensa de sus principios éticos y religiosos, con los que comulga una parte muy amplia de la sociedad. El hecho de que crezca año tras año el número de contribuyentes que le asignan el 0,7% de sus impuestos, a través de la declaración de la renta, demuestra el extenso respaldo de los ciudadanos a la Iglesia. Ahora, la Conferencia Episcopal se apresta a un cambio de notables proporciones, que ya ha empezado con el acertado nombramiento de Gil Tamayo como secretario y portavoz. Pero el cambio de timonel no implicará un radical cambio de rumbo, sino la revitalización, en comunión con el Papa, de las estructuras para servir mejor a una nación donde sus ciudadanos siguen siendo mayoritariamente católicos.