Un daño económico irreparable

A la vista de las conclusiones del congreso anual de la Asociación de Empresas de Gran Consumo (Aecoc), que se celebra en Valencia, conviene recordar que la actuación de la Generalitat de Cataluña entra de lleno en todos los supuestos previstos por el artículo 155 de la Constitución que, entre otras consideraciones, se propone corregir a aquella autoridad autonómica que «actuare de forma que atente gravemente al interés general de España». Esto es así, porque, como señaló ayer el presidente de Aecoc, Javier Campo, la situación creada por el Gobierno de Carles Puigdemont está causando graves daños a la economía española, principalmente a la catalana, que todavía son imposibles de cuantificar, pero que podrían tirar por tierra todos los esfuerzos hechos para salir de la crisis. Javier Campo advertía de la caída del turismo en Cataluña, que puede llegar hasta el 40 por ciento, y que es una de las principales industrias del Principado, con la consiguiente reducción del empleo. También, de que la pérdida del crédito, por culpa de la inestabilidad y la inseguridad jurídica, puede tener efectos a largo plazo, porque siempre es muy difícil restaurar la confianza de los inversores y los consumidores. Aún así, y a condición de que no se prolongue la situación de conflicto en Cataluña, las perspectivas de la economía, pese al daño ya causado, siguen siendo buenas, con crecimiento por encima del 3 por ciento del PIB.