Elecciones

El cajón de todas las demagogias

Los programas electorales de Podemos e Izquierda Unida no sólo mantienen los típicos tics anticlericales de los viejos partidos comunistas, siempre dispuestos a presentar a la Iglesia como una organización para la que no rigen las normas y reglas legales y, por lo tanto, objeto propiciatorio de cualquier arbitrariedad que se perpetre en nombre del pueblo, sino que entran de lleno en la nefasta sectarización de las personas, a las que se clasifica y cosifica en «colectivos», como si todos los ciudadanos no fueran iguales en derechos por el mero hecho de serlo. Como si la orientación sexual o el género fueran más determinantes que la pertenencia a la raza humana.

Pero esos programas, compendio de todas las demagogias al uso, contienen algunas propuestas que, simple y llanamente, atentan contra nuestro ordenamiento constitucional, que garantiza la propiedad privada y la libertad de empresa. Pretender que el problema del acceso a la vivienda se soluciona con expropiaciones es, además de una ilegalidad, una falacia, que ni siquiera pudo sostenerse en los regímenes comunistas que la aplicaron. El resto es más de lo mismo: subir los impuestos a los «ricos» y a las «grandes» empresas para pagar nuevas prestaciones sociales.