Prudencia responsable del centroderecha

El presidente del Gobierno en funciones ahondó ayer en esa retórica electorera que blande de forma amenazante para el resto de partidos cada dos por tres. Habló de «riesgo cierto» de adelanto de comicios. A renglón seguido, el líder del PP replicó que a su partido «le vendrían bien», pero que sería «una inmensa irresponsabilidad». Pablo Casado está en lo cierto. Ningún gobernante que priorizara el interés general se plantearía como respuesta a los problemas con la aritmética parlamentaria las que serían las cuartas elecciones generales en cuatro años, las segundas en poco más de seis meses. Pero Pedro Sánchez juega a otra cosa, y se mueve en función de la oportunidad, de la suya. Los partidos del centro derecha pueden estar remisos a acudir a las urnas, y tienen motivos, más allá del resultado que le espere a cada uno, y por más que al PP los sondeos le sean esperanzadores. La demoscopia es tozuda y confirma que los bloques se mantendrán, más allá de que el PSOE pueda ganar algo de terreno con que presionar para una investidura. España no necesita más elecciones a deshora y sí que Pedro Sánchez ahorme una mayoría posible con lealtad y sin arrogancia. El hospedaje interino en La Moncloa es una bicoca para el invitado, pero la España en funciones es un desastre.